Una carrera política bien consolidada, pasó de ser procurador general a fiscal cuando logró arrestar a la familia Gambino, una mafia de Manhattan que mantenía el control de maquiladoras y camioneros, un Eliot Ness contemporáneo. Más tarde su reputación aumentó cuando logró resolver casos notorios de delitos de cuello blanco y corrupción en Wall Street hasta llegar a revelar el fraude millonario de Richard Grasso, presidente de la Bolsa de Nueva York.
Todo pintaba de maravilla en la construcción de sólidas bases para su posterior vida política, incluso en las tertulias de Washington se decía que sería el próximo candidato a la presidencia de su país, es decir, para el 2012. Descubiertas sus relaciones habituales con prostitutas, el antes gobernador de Nueva York fue detectado debido a cuantiosos movimientos financieros que trató de ocultar sin la sagacidad debida. The New York Post reportó que Spitzer habría gastado 80 mil dólares en citas con prostitutas que se remiten a la época en la que era fiscal general en Nueva York, hace 10 años, justamente cuando uno de los casos más sonados y polémicos fue el que protagonizó el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el 17 de enero de 1998, quien fue señalado por haber tenido relaciones sexuales con una becaria de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky, hecho que mantuvo al hombre más poderoso del mundo al borde de la destitución.
A la par de que las autoridades federales investigaban los miles de dólares que Spitzer transfirió para pagar prostitutas, el derrumbe del gobernador era seguido con morbo en un espectáculo nacional en el que no había rincón en el que no se hablara de la doble moral del ex fiscal, ni espacio que estuviera a salvo del escándalo. Incluso la agencia EFE dijo que no tuvieron que pasar ni 48 horas para que aparecieran los primeros objetos con alusiones al último escándalo sexual que sacude al país: Café Express, una empresa de venta de objetos personalizados, comenzó a vender camisetas y tazas con leyendas que dicen: “Gobernador Erecto” y “Free-Love-Gov”. Una de las características más interesantes sobre el escándalo es su omnipresencia; de Japón a Brasil, de Italia a la Argentina, el escándalo es un fenómeno que sobresale siempre en el dominio público. Los escándalos sexuales típicamente juegan un papel mucho menor en la vida política francesa, italiana o incluso argentina que en la británica, mientras que, en distintos grados, los escándalos políticos de esos países en general han estado vinculados a la corrupción y el abuso de poder.
De acuerdo con John B. Thompson en, El escándalo político, los escándalos sexuales tienen un fuerte poder de fascinación para el público por lo que suponen de humillación para el poderoso y, por qué negarlo, por la portera que todos llevamos dentro y que nos hace inmiscuirnos en la vida de los demás; todos sabemos que en principio no hay nada particularmente grave en el hecho de que un político sea un sátiro, pero es de gran interés saberlo.
El escándalo se ha convertido en una característica tan saliente de la vida cotidiana principalmente porque los individuos que entran en la arena pública están mucho más expuestos y por ende son mucho más visibles que lo que fueron jamás, y porque su capacidad para trazar una línea entre su persona privada y su actividad pública está mucho más limitada.
Pero lo más ominoso del caso fue el manejo que se dio acerca del tema, dejando de lado lo fundamental que es el desvío de fondos públicos, además de este personaje político sostuvo relaciones con una red de prostitución en donde en cuatro años ganó de manera ilegal un millón de dólares. El gobernador habría sido grabado en conversación con una de las mujeres que trabajaba para Emperors Club VIP, un negocio que operaba por medio de una página web que ofrecía los servicios de prostitutas que eran calificadas con una escala que oscilaba entre uno y siete diamantes. El servicio de una mujer con tres diamantes podía ascender a tres mil dólares y los clientes con membresía especial podían acceder a prostitutas que recibían hasta 5 mil 500 dólares por una hora de compañía. Además de lo señalado, no sólo las prostitutas y los servicios de acompañantes pueden ahora desarrollar una actividad más eficiente, sino que pueden mejorar la publicidad a través de nuevas y diversas formas para establecer sus marcas y tentar a clientes.
Añadiéndole una arista más al caso nos topamos con el dato de que con 40 mil millones de dólares, la trata de los seres humanos es el negocio criminal número tres en el mundo, justo después del narcotráfico y del comercio de las armas aunado a que los y las sexoservidoras generalmente no se dedican a ello como resultado de una decisión vocacional. No es que un día se dijeron a sí mismas “yo quiero ser prostituta; es lo mío”. No obstante en las encuestas superficiales muchas respondan que es una actividad elegida y pueden dejarlo en cualquier momento, los estudios de caso demuestran justamente lo contrario. La venta del cuerpo y el sometimiento a los abusos correspondientes suele ser una opción impuesta por la cultura y las costumbres. Por circunstancias que estas personas han encontrado “al final del camino”, como suele decirse.
Al final del sendero nos encontramos con una de las piezas claves en este rompecabezas que desenmascaró al ex alcalde Spitzer, la brasileña Andreia Schwartz de 33 años, quien reveló al diario Folha de Sao Paulo que intercambiaba mails con el gobernador Spitzer, quien le pedía mujeres. Posteriormente, esta mujer fue deportada de Estados Unidos después de colaborar con la policía al divulgar esta información que dio pie al escándalo, dando lugar al fenómeno que cita el autor, el de la filtración que la define como “la revelación intencionada de información por parte de una persona de confianza que elige hacer público algo que sabe reservado a la región posterior”.
La capacidad de los medio masivos de comunicación para introducir temas y opiniones en el espacio público de debate ha sido un punto de partida común que parece no tener fin aunado a la expansión de los otros medios de comunicación como teléfonos celulares o el Internet en donde aun cuando existe tanta evidencia en este medio, las autoridades permiten que haya mucha prostitución sin tantas consecuencias, donde se la publicita abiertamente de manera que se sabe que existe, y se permite. Pero, por el otro, a las prostitutas no se les cobra impuestos, ni se las procesa, a menos que el hecho se convierta en una cuestión relacionada con la calidad de vida o incrimine a una figura pública que queda al descubierto. Hay que pensar en la cantidad de dinero que se mueve allí.
¿Y el reemplazo del señor Spitzer? Nada más y nada menos que David Paterson, quien se convirtió en el primer gobernador afroamericano del estado de Nueva York además de ser prácticamente ciego, un plus para crear mayor lástima dentro del pueblo americano. Aquí no se detiene lo trascendente de este personaje, sino que apenas comienza ya que reconoció que consumió cocaína y mariguana cuando era joven, además de después de una reveladora confesión sobre haber mantenido relaciones extra maritales durante su matrimonio, declaró para "Daily News" que una de sus más recientes amantes fue una actual empleada del Estado. Su nombre es Lila Kirton de 49 años de edad, quien trabajó en la oficina de Spitzer y que ahora Paterson heredó con su nuevo cargo.
La diferencia abismal entre los dos alcaldes es que uno es ciego y por ende merece el respeto y cariño de los ciudadanos neoyorquinos a pesar de los escándalos en los que se vio envuelto. Tal parece que entre más mutilado se encuentre una persona obtiene más prestigio a pesar de su pasado o su presente y entre más visible se hagan estos desprestigiosos hechos, el insaciable apetito de escándalos por parte de la gente será bien remunerado, y ahora es sólo cuestión de minutos el esperar la próxima cabeza rodante.