miércoles, 6 de febrero de 2008

Otra parte del cuento

Odia su trabajo, pero apenas comienza su vida de desgracia. Se encuentra "felizmente casado" y hasta tiene 3 hijos. Por si eso no fuera suficiente, día con día lidia con el tráfico más terrible que puede existir en el mundo, transportando cientos de personas en su camioneta Nissan, bueno que ni es de él, sino de su patrón.
Obviamente vive en la casa de su suegra que tanto aborrece y desea desaparecer de la faz de la tierra, tal vez no hay ser a quien más deteste pero no tiene nada que decir ni hacer porque no tiene absolutamente nada. Se casó porque su esposa quedó preñada a corta edad, cuando aún solía depilarse bigote y axila y no comer tantas gorditas. Ahora los dos tienen la piel más cobriza y un abultado exceso de grasa en su área abdominal. No sé quieren, en realidad nunca se quisieron. Él simplemente quería tener sexo y ahora es señor y maestro de la creación.
En realidad ni siquiera sabe manejar, aprendió de ver a su padrastro conducir el viejo Volare. Consume litros de Coca Cola diariamente para mantenerse despierto, con ayuda también de cigarrillos Boots. No tiene licencia de conducir y no nada más arriesga su vida en cada viaje sino la de todos sus pasajeros que intrépidamente abordan la unidad. No respeta los semáforos, ni los cruces peatonales; en realidad no respeta a nada ni a nadie, con excepción de su patrón que es el que le da de comer.
Se entretiene escuchando programas de radio donde bromean a las personas y los fines de semana no se pierde el fútbol. Es tanta su pasión por tal deporte que incluso adquirió una televisión de pequeñas dimensiones y blanco y negro para ver los partidos mientras conduce.

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